Vanas palabras sin sentido que escupimos cual volcán en erupción, a veces, sin saber muy bien lo que decimos.

Vanas palabras que, por suerte, se las queda el viento.

Palabras olvidadas en el cementerio de los libros, enjauladas entre sus páginas, perdiendo tinta, sudor y lágrimas.

En los instantes que ellas te faltan, es cuando realmente te encuentras con la emoción, y ellas no están a tu alcance.

¡Cómo describir un sentimiento con palabras! eso sólo está al alcance de unos pocos privilegiados.

Las palabras por sí solas, no emocionan, si no caen en bocas adecuadas o en manos virtuosas.

En ocasiones, es más difícil gestionar el silencio que las palabras.

Adoro la gran cantidad de cosas que me dices cuando callas.

Citando un proverbio árabe «si lo que vas a decir no es más bello que el silencio, no lo digas».

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