Bailar después de ti. 
III Concurso de microrrelato postal
He comprado esta postal en una de esas tiendas de cosas viejas que tanto te gustan.
Rusia no es tan fría como la pintan. Me han sonreído por la calle.
Así sin más, sin que yo hiciera nada.
Esa sonrisa desconocida me ha sentado como un café y me ha despertado del todo.
También me ha llenado la cabeza de pájaros: «quizá no sea todo tan malo», «a lo mejor
aún puedo encontrar a alguien».
Sí. Lo he pensado. A lo mejor puedo, incluso después de ti.
No te emociones. Aún te quiero.
Pero no puedo esperar para bailar a mi ritmo, por una vez, sin ti.
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