¿Bendición? ¿Maldición?

¿Bendición? ¿Maldición?

Anka Armand

14/10/2019

No puedo dejar de escribir… Intento callarme, no percibir, no sentir

Pero aun así mis manos siguen encontrando un motivo para moverse,

Mi cabeza esta al mando. Anatomía básica.

No quiero hablar sobre aquel chico con el que me tope hoy en el parque

Ni de cómo lucían sus ojos justo después de que el sol resaltara el

Profundo océano que dentro había.

No quiero hablar de cómo los perros jugaban los unos con los otros

Como si se conocieran de toda la vida mientras sus dueños se perdían

Dentro de pantallas táctiles sin percibir lo que ocurría.

Me siento rara al decir que el pasto hoy era más verde, que el río tenía más vida

Y que el viento traía todo lo que antes supo llevarse, ¿Cómo parar de sentir?

Cuando sin querer abrí Microsoft Word y todo comenzó a salir.

Créeme que no puedo dejar de escribir, me siento inquieta sino me desahogo

Estas letras no van a estar satisfechas hasta que la tinta las traiga a la vida.

Siento una sensación rara en el estomago, no la puedo ignorar.

Tal vez yo no quiera escribir pero mi mente sola lo hará.

No parara de enviar señales a través del bendito nervio vago

Cuyo destino es mi estomago, justo al comienzo.

No parara de enviar señales, para hacerme sentir “eso” raro.

Es casi una amenaza “o escribís o escribís” y créeme, lo hago.

No quiero su poder sobre ninguno de mis sentidos, órganos, extremidades.

Pero no tiene lógica alguna. Es ella quien me sostiene, mantiene funcionando.

Créeme, tal vez no sea grato lo que escriba o tal vez carezca de coherencia.

Es ella, siempre es ella.

Procesa situaciones a la velocidad de la luz y luego espera que todo un sistema

Se ponga en funcionamiento para comenzar a narrar lo que ella haya sentido en el momento.

No soy yo, es algo superior con el poder de utilizarme como un medio para su fin.

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