Era muy consciente que sólo debía aguardar
A que el tiempo transcurra
Para que llegará ése instante,
Ése momento inevitable,
No era gran magia,
Ni mucho menos, gran ciencia.
Las cartas ya estaban echadas
Y nada lo modificaría,
Sólo era cuestión de esperar
Aún cuando no hubiese
Día ni horario, llegaría
Así nada más.
Aunque no quisiera asumirlo,
Desde el comienzo
Ya era una guerra pérdida,
Una batalla luchada inútilmente,
No había manera de revertirla,
La historia ya estaba escrita
En láminas de metal
Con fuego como tinta.
Nada ni nadie de cambiarlo
Capaz sería.
No había sacrificio,
Ni empeño,
Ni lágrimas,
Ni dolor
Que modificará ése cuento
Ya narrado hace mucho tiempo.
Era un resultado inequívoco
Aún cuando no hubiese
Día ni horario,
Al fin, llegaría
Así nada más.
Más aún conociendo como terminaría
Aún así quise intentarlo,
Me resistía a ese resultado
Con fe ciega, esperanza mínima
Deseaba intentarlo,
Me reusaba a quedarme
Con los brazos cruzados,
Tan sólo observando.
No podía no hacer nada,
No cuando existiera una mínima
E insignificante posibilidad.
No podía aceptar y quedarme
Con los brazos cruzados.
Debía, aunque más no sea, intentarlo,
Sin darme cuenta que en el proceso
Fuese yo quien pereceria,
Al fin y al cabo,
No podía no hacer nada.
Siempre existe una alternativa.
Siempre hay algo para hacer
O, al menos, se debe intentar
Aún cuando no hubiese
Día ni horario
Siempre hay tiempo de cambiarlo,
Una salida, una alternativa
Para tratar de modificarlo.
No podía quedarme de brazos cruzados.
Sentía que ése no era yo,
Ni mí forma de ser, ni de cómo me habían educado
Aún cuando no hubiese
Día ni horario
Y llegará lo inevitable,
Sentia que debía y que tenía que,
Al menos, intentarlo.
OPINIONES Y COMENTARIOS