Arráncame la piel a tiras.

Apuesto que te duele más a ti.
Yo estoy hecha de fuego, de vida.
En ningún océano me podría consumir.
Dispara, al pecho. Sin miedo. Sin pestañear.
No hay muerte que me pueda derrotar.
Soy una obra de arte llena de cicatrices.
Caminante errante en marcha y sin cesar.
A veces me pierdo entre tinieblas,
para ver de nuevo el sol brillar.
Soy como este mundo que nunca para.
No me puedes alcanzar.

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