Ad receptum angustias

Ad receptum angustias

Asier

01/07/2019

Cuando uno pone un pie delante del otro y puede ver como el camino serpentea y se pierde en la perspectiva apenas visible por los obstáculos mismos de la senda, se da cuenta que debe apurarse y evitar que algo ocurra y que ello le perjudique, así que debe saltarse el camino que en otra ocasión hubiese disfrutado recorrer lentamente para en su lugar correr al bies impulsado por la pendiente, pues está huyendo. Es posible que en su urgencia deponga muchas cosas en su huida, es aconsejable que se desprenda de sus bienes, es tanto probable que prescinda de experiencias valiosas, es casi seguro que traicione los ideales que alguna vez defendió, es promisoria la despedida de los buenos amigos y los familiares amorosos, es necesario, inclusive, dejarse a uno mismo, pero ¿no es acaso ventajoso que al final de una huida donde insalvablemente seremos atrapados ya no se pueda decir que somos nosotros?

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