La mujer avisó al 911. Dijo que vio el destello y el comienzo del incendio. Debió haber llamado a los bomberos, pero no se piensa con claridad en una emergencia. Los vecinos los llamaron. Llegaron antes que la policía. Hicieron todo lo posible por apagar el fuego y salvar la mayor parte de la estructura, pero no lo consiguieron.
Al otro día, el jefe del operativo y su asistente conversaban sobre el hecho.
-Estuve ahí, con ellos. No puedo creer que sean tan tontos de poner por escrito que vieron más resplandores, y que los perros se quedaron quietos observando. Además ¿quién demonios ordenó que llevaran perros?
-A veces los traen por si hay algún sobreviviente atrapado, señor.
-Idiotas. ¿Por qué no dejan que se ocupen los bomberos? Esto así no puede quedar.
– ¿Qué hacemos?
-Van a reescribir los informes. Sacan lo de los perros, lo de los destellos en el cielo, y ponen la causa de incendio que les den los bomberos en comunicado normal.
– ¿Y las declaraciones de la dueña de la casa?
-Esas pueden quedar, nadie le va a creer a alguien que decía tener contacto con seres espirituales y esas tonterías. Puede escribir que la casa se la quemó el lobo de caperucita que no hay problema. Ahora, si nosotros, como fuerza legal, admitimos esas estupideces apareceremos en todos los medios. Escuche, y cito textual: “Rayos que caían a los costados…”, “perros entrenados que se quedaron quietos observando sitios fijos”. Dígame si esto es serio, y si podemos enfrentar a la prensa con esa basura, si estos agentes quieren ser escritores o cineastas, equivocaron la profesión.
-Pero señor, con todo respeto, es lo que pasó.
-Lo que pasó es lo que decimos nosotros que pasó. ¿Se entiende? La realidad no existe más que en el discurso. Yo también equivoqué mi profesión, me parece que debí haber sido filósofo. No importa. Lo importante es que no corroboraremos loa dichos de una loca, ¿ok? Van, escriben de nuevo todo esto y lo archivan. Una desgracia más, como cualquier otra.
-Pero señor, los vecinos que vieron…
-Clientes de la loca. Esto se olvida al siguiente choque, o asesinato. No me joda. Haga lo que le digo. Retírese.
El asistente transmitió la orden. Liberó a la mujer con un pase a un hotel.
Recibió, unos minutos después, el informe de los bomberos.
No se molestó en preguntarle al jefe.
Lo modificó y archivó todo.
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