Capricho

Por
Olga Lucia Bonil Cubides- obonil@yahoo.com

Que el oro ejerce fascinación en el mundo del hampa es
evidente, para este hombre fuerte del Cartel, el gusto rayaba en lo
obsesivo, cuenta un antiguo socio: “De oro eran las llaves de sus casa y
fincas, le gustaba tanto ese material que hizo instalar grifos, duchas, chapas
y hasta cintillas de oro en los juegos de sala y comedor”. El otro
capricho era un caballo de carreras
valorado en un millón de dólares que cuidaban varios hombres armados, si el
caballo sufría dolor de estómago o algo lo molestaba, los hombres pagaban con
su vida y las mujeres eran para él como trofeos, cuando de divertirse se trataba, no
escatimaba recursos: gustaba de
celebraciones ostentosas, contrataba artistas de renombre internacional,
cantantes de ranchera, de música de carrilera, de música norteña y de despecho,
que eran sus géneros favoritos, contrataba grupos vallenatos y orquestas,
literalmente echaba la casa por la ventana, ostentaba su poder hasta en sus
armas; de diferentes calibres y hechas
especialmente para él de oro puro con incrustaciones de piedras preciosas
(esmeraldas, rubíes y diamantes).
También gustaba de cubrirse de joyas y relojes de gran valor, sombreros con
placas de oro, celulares con diamantes y cadenas de varios quilates.

Para su
seguridad: equipos de visión nocturna,
aviones ultraligeros, teléfonos satelitales, radios encriptados, lo último en
tecnología de navegación (GPS); contaba con
los mismos recursos tecnológicos que podría tener cualquier empresa y
además, estaba muy bien organizado.

Solía consultar brujas, tenía sueños recurrentes con su caballo, una de ellas vaticinó: el caballo de los sueños
simboliza, ante todo, la potencia elemental de los instintos, cuando el caballo
se ve dócil y obediente, los instintos están ordenados y dispuestos para
conducir al soñante hacia sus objetivos y ambiciones, cuando todo funciona
correctamente entre corcel y soñador, hay armonía y entendimiento entre los
instintos y el «Yo», y él creía que ese sueño le indicaba que
alcanzaría la mujer de sus sueños. Además añadió, toda cabalgadura o montura
representa las energía movidas por la voluntad, de manera que la calidad del corcel
y la forma, segura o vacilante con que uno conduce indican los presagios a
sacar del sueño, en consecuencia, la caída del caballo o cualquier accidente
que sufra la montura, advierte de peligro o fracaso.

Tenía gran debilidad por las mujeres hermosas; reinas de
belleza, actrices o modelos con voluptuosos atributos, mujeres a las que
llenaba de lujos sin precedentes y que podía ‘comprar’ con su descomunal
poderío económico, se encapricho con una niña bien de la capital, una estudiante
universitaria, bella, de piel trigueña y facciones perfectas, pero además con clase, inteligente y desinteresada, hacía
que sus secuaces la siguieran, así que pronto supo dónde vivía, los sitios que frecuentaba,
quienes eran sus amistades y hasta su
situación financiera.

Tenía un sobrino
rarísimo: a él no le gustaba el ruido y no hacía rumbas para celebrar las ganancias
que conseguía con cada envío, a su casa llegaban por suscripción revistas internacionales, no
tenía guardaespaldas, detestaba las cadenas de oro y prefería los conciertos de
Beethoven, Händel y Bach a los partidos de fútbol, hizo
su primer envío gracias a que su tío lo
apadrinó con cincuenta mil dólares, ese fue el impulso que necesitó, lo demás fue
suerte y mesura, pese a conducir un
automóvil de lujo y a tener quince caballos
purasangre y veinte de paso fino, se consideraba un hombre sencillo,
ajeno a las estridencias de los narcotraficantes, los acusaba de glotones y de
tener mal gusto, lo decía en un tono tan callado, apenas audible, que casi
parecía que él, ingeniero de una universidad estatal, no fuera lo que era, un pichón de mafioso.

Las dos horas diarias que pasaba en su gimnasio particular lo habían
convertido en un tipo musculoso, de abdomen marcado y duro, como esos modelos
que contratan para vender aparatos reductores de peso, no era muy alto. durante
la secundaria fue un muchacho desgarbado con acné, pero eso fue en
otra época, usaba ropa de marcas y
de diseños exclusivos, su ropa era de buen gusto y costosa, a
primera vista, no se sospecharía que las zapatillas que llevaba puestas costaban cerca de un millón
de pesos, usaba lociones francesas,
zapatos italianos y ropa traída desde Nueva York, lo compraba todo en un centro comercial de la capital, en
el exclusivo sector al que suelen ir ministros, grandes ejecutivos,
presentadores y actores de la televisión.

Por aquellas
casualidades de la vida, la nena aquella que pretendía su tío llegó su casa
recomendada por alguien a quien los dos frecuentaban, se conocían desde tiempo
atrás, cuando él era sólo un estudiante universitario, la nena sí que sabía de
caballos. Él era inmune a esa locura que
produce el dinero en abundancia, para quienes lo conocían, era un exitoso
comerciante y el dueño de una empresa que operaba en varias ciudades
del país, trabajaba de lunes a viernes, toda la mañana y toda la tarde, nunca
faltaba a la oficina. «La mejor manera de ser un hombre honorable es
parecerlo solía decir, lo demás es
suerte». Tenía una finca, y caballos con nombres tan comunes
como Negro, Blanco o Manchas. Ni ese lugar, por el que pagó doscientos
cincuenta mil de los verdes, ni los animales tenían marcas de propiedad visibles, nada de
tablones en hierro forjado a la entrada de la finca, ni de sellos en las ancas
de los potros. “ La ostentación mata», repetía una y otra vez,
especialmente cuando conversaba con su tío. Todos: empleados y clientes, lo
llaman por su nombr, una de sus normas es que nadie debía decirle ni don ni
doctor ni jefe. «Por fea que tenga la cara, nadie siente miedo de alguien
que se llame Pedro o Juan, pero sí desconfía de alguien al que le dicen El
Patrón o El Duro, no importa lo limpio que se vista, no quería inspirar miedo,
ese sentimiento era inútil para él, prefería que lo respetaran.

Su oficina, estaba
ubicada en un edificio del centro de la ciudad, en las paredes no había cuadros
ni tampoco tenía un bar, de ésos
repletos de botellas de licor que tanto
gustan a los narcos, lo primero que hace
un mafioso cuando llegas a su casa es ofrecerte un trago, así la cita sea para
amenazarte, las ventanas que daban a la calle permanecían abiertas, y su
secretaria era una señora de cincuenta años, de anteojos de marco negro, con
aire de profesora de escuela, la mujer daba la impresión de estar dispuesta a
explicarle a cualquiera lo duro que resultaba el trabajo en la empresa, lo
meritorio de cada centavo conseguido y la
fraternidad que todos los empleados respiraban, en tiempos de auge mafioso: los
narcos compraban fincas en las que mandaban hacer lagos artificiales para meter
delfines y cocodrilos, compraban aviones, hoteles, zoológicos, centros
comerciales, casinos, templos religiosos, mansiones, equipos de fútbol,
automóviles, emisoras radiales, helicópteros, cadenas de almacenes, edificios,
barcos de carga y yates.

Los gustos del ingeniero eran refinados y de altura al lado de los de su
tío, era aficionado a los
ultralivianos, a veces volaba solo y hasta
se atrevía a realizar piruetas, caídas en picada, ascensos verticales, giros y
sobrevuelos a ras del río que bordeaba
la región donde tenía su finca. Para él,
el vértigo de los aviones ultralivianos se parecía mucho a la vida:
«Sólo quienes se atreven a correr riesgos, y a mantener el pulso firme,
llegan alto, los demás se tienen que conformar con mirar desde el piso»,
la chica era piloto y había sido su instructora de vuelo.

Me contó un buen día que estaba enamorado de
ella, tenía pensado conquistarla, me
dijo que era bella, culta, inteligente y aristocrática, hasta había pensado
tener cuatro hijos: dos niñas y dos niños, si eran gemelos, mejor y ya
tenía escogidos los nombres.
Para cuando nazcan, ya habré dejado el mundo de las inversiones, y sólo
tendré tiempo para dedicarme a mi esposa
y a mis hijos, pero para eso faltaban cinco años, mientras tanto, él seguiría
al frente de su exitosa empresa. ¿Cómo dejar un negocio que le había dado
tanto?

Qué iba él a sospechar que su tío acostumbrado a hacerse acompañar por mujeres
hermosas a quienes transformaba a su gusto con onerosas cirugías
plásticas, muchas jovencitas que se dejaban apantallar porque que no tenían la tenacidad para acudir a una universidad, y
que terminaban con su tío ante la falta de otra oportunidad,
también se hacía acompañar de mujeres para las que no
solo se trataba de dinero, también de poder, sicarias
y mulas, que quizá no eran tan bellas como las “’mises”, se acostumbran
a una vida de lujos y se la jugaban, asumían que iban a morir muy pronto, pero querían esa
gloria momentánea, que decidían aceptar una vida de abusos a cambio lujos, la obvia relación que existe entre el tipo de
mujeres de las que los narcos gustan: muchachas con evidente atractivo físico
que sirvan únicamente como objetos sexuales.

Cuando hablamos de la posibilidad
de compra de caprichos caros, en esa lista – por supuesto- también se incluyen
las mujeres como eso: objetos y trofeos que se pueden exhibir y presumir, esa
chica definitivamente no encajaba en ese patrón, su tío se había encaprichado
con ella y en cuestión de mujeres era porfiado.

Llegó a la finca de su sobrino y se sorprendió al ver a
la joven allí, la joven le habló de los caballos Pura Sangre. “Muchos expertos
en la adquisición de purasangres intentan predecir el potencial de un potro
determinado observando su balance estructural de manera general, lo atlético y
su disposición al caminar, la inteligencia que muestran y la correcta
conformación de sus patas. Los compradores de caballos más caros con frecuencia
contratan expertos veterinarios para que examinen y les informen de la
condición del aparato respiratorio de un caballo, la salud de su estructura
ósea y el tamaño de su corazón.”

Los purasangre han sido desde hace mucho la inversión de
lujo de los multimillonarios, junto con el vino, el arte y el oro. Sin embargo,
el negocio parece estar tomando un rumbo nuevo, ya que cada vez hay más
personas «comunes» que reúnen su dinero para comprar un caballo. «Comprar
un caballo de carreras es más accesible que nunca». «En los niveles
más altos, encontrarás compradores internacionales que desembolsan millones
para adquirir los mejores pura sangre, sin embargo, en los últimos años, en los
niveles inferiores ha proliferado la gente que se une en un consorcio».
“Una compra de cuento de hadas” Es un negocio arriesgado, sin embargo,
«Nunca compres un caballo si piensas que ganarás dinero». «El
éxito consta de un 10% de linaje, jinete y entrenador», dijo. «El 90%
restante es buena suerte». Poseer un caballo de carreras ofrece prestigio,
emociones y un entendimiento único del negocio. Sin embargo, si buscas
rendimientos garantizados por tu inversión, te equivocas. «Invertir en
comprar un caballo es una proposición arriesgada, nunca sabes qué tan bueno
será», como dueño siempre esperas obtener un caballo que pueda competir al
más alto nivel, pero creo que eso es más un sueño que una realidad». Los
purasangre cuestan entre 1,300 y 1700 dólares
—»Serás muy afortunado de comprar un caballo en ese precio y que gane una
carrera. Y eso es solo el costo del caballo. Para cuando hayas pagado el
establo, el alimento, a los entrenadores y los jinetes, los rendimientos netos
son solo de alrededor del 21%, lo que significa que por cada 100 dólares que
gastes, recuperarás solo 21.»Busca siempre un purasangre de buen
linaje», «De esa forma, aunque el caballo no pueda correr, siempre
puedes usarlo para crianza, venderlo o como semental. Es una especie de seguro”, ganes o pierdas,
poseer un caballo de carreras puede no ser una inversión infalible, sin
embargo, ofrece una experiencia invaluable”.

Sin siquiera sospecharlo, ella se había convertido para
él en una obsesión como su caballo Pura Sangre, pero esta niña no tenía precio,
a oídos de una de sus sicarias llegó el asunto, era una mujer celosa, no tenía
escrúpulos, ese día lo siguió hasta la finca de su sobrino, estaba dispuesta a jugarse el todo por el
todo, a morir de ser necesario para defender a su hombre, hasta habló con el
sobrino de su patrón y le dijo que la chica no era más que una trepadora, pero
él la conocía y sabía bien quién era, haría hasta lo imposible por protegerla,
temía a su tío, lo sabía capaz de
matarlo si se enteraba que él se interponía entre él y su obsesión por ella.

El tío quería comprarle unos caballos de paso fino a su
sobrino, pronto habría una Feria Equina, las tradicionales fiestas patronales
de San Juan y San Pedro, propios y extraños disfrutan de un sin número de atracciones
y actividades culturales y folclóricas.
Pero sin duda una de las más admiradas y reconocidas tanto en la región y en el
país, son las cabalgatas, que se constituyen en una de las expresiones más
típicas de la cultura, no solo porque reúne aspectos festivos, sino también un
largo pasado cuando el transporte en el país se realizaba a lomo de mula y a
caballo, para muchos cabalgar en un equino se constituye en una experiencia
retrospectiva para hacer propia y presente la historia de quienes vivieron las épocas cuando las vías eran caminos
de herradura, y el corcel era un instrumento esencial en las labores
pastoriles; sin embargo para otros, sencillamente es la oportunidad para
participar activamente de las festividades, él quería lucirse y además
aprovechar para invitar a la joven a acompañarlo a la cabalgata, para él era un
símbolo de status, la chica era fina,
hasta le ofreció como regalo su caballo, ella estaba más que
sorprendida, amaba los caballos pero sabía que no podía aceptar un regalo tan
comprometedor, con la delicadeza que la caracterizaba, se excusó, le dijo que
no podía asistir a la cabalgata, para
esa fecha viajaría a la capital porque su padre tenía que practicarse unos
exámenes médicos, tenía insuficiencia renal, estaba en lista para un
trasplante, él generosamente se puso a su disposición para lo que se le
ofreciera, al parecer ella tenía todo
bajo control, su padre tenía cobertura en salud, estaba haciendo la gestión para obtener
pensión por invalidez su y además su sobrino le pagaba bien.

Ella le dijo que los caballos de paso fino no
eran fáciles de montar, por el contrario necesitan de un cuidado especial por
parte del jinete, sobre todo en los momento iniciales de la crianza del animal,
ya que no tendrá la misma habilidad para realizar otro tipo de marchas, por lo
que podría lastimarse en el caso de galoparlo, o de trotarlo desmedidamente,
teniendo en cuenta que muchas veces el animal por falta de costumbre realiza
movimientos torpes, los cuales lo ponen en peligro. Los caballos de paso fino
por lo general necesitan ser llevados con las riendas tensas, ya que de otra
manera pierden con facilidad el paso, lo cual los llevaría a comenzar a
aumentar la velocidad de su andar, pero no con la misma capacidad que un
caballo que no tenga un paso definido, y es por esto que debemos siempre tener
las riendas tensas. Las medidas de seguridad que se deberían tomar y se dejan
pasar de largo y es que no es común que cuando se da un paseo por las montañas
las personas usen botas, o casco, por lo general a las cabalgatas los hombres van vestidos
de jean, texanas, guayabera, sombrero y rabo de gallo, lo mismo que sus
acompañantes, las dos mucho más
importantes de lo que pensamos, el calzado nos da agarre a los estribos
mientras que el casco puede llegar a amortiguar un golpe, los accidentes son
por lo general más peligrosos en situaciones que impliquen por ejemplo que el
animal nos caiga encima o que nos pise, también la superficie por donde estamos
montando es determinante, ya que no es lo mismo caer en una pista de tierra o
sobre el césped que caer sobre el cemento, por lo general este último suele ser
una de las peores superficies para aterrizar por supuesto si lo adicionamos a
las piedras o cualquier material muy duro,
uno de los factores que más inciden en los accidentes que se presentan
durante las cabalgatas es la falta de conocimiento que tiene el jinete a la
hora de montar. “Es necesario que la persona reciba instrucción y practique por
lo menos una semana antes de salir a cabalgar, ya que si se presenta algún
inconveniente pueda actuar de la mejor manera., aunque existen los denominados ‘palafreneros’
que sirven de guías a quienes no tienen mucha experiencia, lo mejor es sumar
experiencia primero”, asimismo recomendó en lo posible no consumir licor
durante la cabalgata, toda vez que la mezcla de bebidas embriagantes igualmente
es un factor de riesgo para los caballistas que participan de la cabalgata y también para los ejemplares que resultan
muchas veces maltratados por jinetes ebrios.

Una vez realizado el baño y la limpieza total del caballo
se procede a calzar las herraduras, que se constituye en los ‘zapatos’ que
permitirán resistir la extenuante y larga faena durante las cabalgatas, luego
se le ponen la jáquima o cabezal que sirve para controlar junto con el freno al
caballo y luego se pasa a la ensillada, antes de poner la montura o silla se
pone una lona o cuera para proteger el cuero del caballo, finalmente se sujeta
fuertemente con la cincha para evitar que el jinete se caiga y el caballo
quedará listo para salir a la cabalgata. Ese hombre en realidad era un
ordinario, no tenía idea de montar un caballo de paso fino, alguien se las
arregló para para desajustar la cincha
de los caballos en que irían montados el
patrón y su acompañante el día de la cabalgata, como la joven no aceptó la
invitación, él fue acompañado de una reinita, cuando pasaba la cabalgata se escuchó un disparó al aire y los caballos
se asustaron, la sicaria iba en una
cuatrimoto que le había regalado el patrón, acompañada por un grupo, en las noticias dijeron. “Se ha abierto un nuevo capítulo en el terna, al irresuelto problema de los vehículos
todo-terreno conocidos como cuatrimotos, es curioso pero el debate surge cada
vez que pasamos por un fin de semana que coincide con algún tipo de festival
cultural en las comunidades, el cual promueve una forma de entretenimiento
cultural asociado más con los sectores populares del país, quienes se
transportan a dicha actividad en sus cuatrimotos, es interesante pero llevamos
años intentando reglamentar estos vehículos de transporte. No se ha podido,
siempre sucede algo que la ley no los cobija, o cuando los cobija, la policía
hace lo menos posible por intervenir con ellos.

Que lamentable noticia para el mundo equino, esta semana
ha sido muy trágica para los que amamos los caballos se fue
uno de los mejores montadores y un ejemplo para las futuras generaciones, un
hombre generoso y altruista, que duro y mal momento, pero lo será más para los
familiares y allegados, especialmente para su esposa e hijos, familiares y
amigos, últimamente se dedicada al comercio y estaba generado un gran número de
empleos. Mis más sinceras condolencias y un gran abrazo para todos los amaron a
este grande.

PAZ EN
LA TUMBA A QUIEN SUPO AMAR, ENTENDER Y MONTAR UN CABALLO, AMAR Y RESPETAR A SU
FAMILIA Y OBSERVAR LOS VALORES Y LOS
PRINCIPÌOS QUE FORJARON NUESTRA CULTURA.

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