EL PAPELEO DEL CIELO

EL PAPELEO DEL CIELO

Andrea Pereira

09/11/2022

-¿Qué es esto Pedro? No podes mandarme tantos nombres, tengo a las parcas descontroladas, ya no saben que hacer.

-Perdón Gabriel, es que ya sabes como es «El Jefe», da a elegir todo y muchos humanos decidieron no luchar.

Las puertas del cielo eran un bullicio, llegaban hombres y mujeres de todas las edades, diferentes parcas corrían de acá para allá y San Pedro no paraba de trabajar escribiendo papeles con nombres y horas de llegada.

-A esta altura hasta las reencarnaciones van a tener demora ¿Que pasó?- Preguntó molesta Santa Bárbara

-Los rumores de que los embarazos disminuyeron con la pandemia, eran ciertos entonces.- susurró el arcángel Gabriel y Pedro asintió con la cabeza sin parar de trabajar.

-Mirá quien viene ahí, ¿Qué haces acá?- Replica Bárbara sorprendida

-Me mandó «El Jefe», me dijo que apresure el trabajo de investigación de mis hijos y saque de una vez la vacuna, porque la gente no se está viniendo por el virus, se está dejando morir porque o le tiene miedo al virus, o se deprimen cuando lo tienen,comienzan a pensar que nadie los espera, o que ya está, entran en pánico o tristeza, y se mandan para acá.

-Pucha Jerónimo si que la tenes complicada, yo que vos le pido una mano a Expedito

-No sé Gabriel, tiene mucho trabajo últimamente,igual mi ejército está listo para que se expandan por el mundo las ideas de diferentes vacunas y salgamos de esto de una vez.

-No puedo convencerlos de reencarnar, me dicen que es para estar unos meses y se quedan sin uno de los padres o vuelven para acá por el virus este

-Si Bárbara, hay que moverse, porque lo que está claro es que «El Jefe» no tiene planes de terminar la humanidad, así que, repito, hay que moverse, yo tengo que seguir este papeleo, pero les doy todo el apoyo y energía que necesiten- Agregó Pedro sin sacar la mirada de sus hojas.

San Jerónimo preparó su ejercito y se fueron a recorrer la tierra despertando ideas dormidas de muchos químicos y científicos.

Expedito le pidió una mano a Santa Rita para acelerar el cumplimiento de pedidos, principalmente de madres y abuelas.

Bárbara se citó con diferentes entidades para convencer a los espíritus que temían reencarnarse de que ya estaba terminando el problema en el mundo terrenal.

Las personas comenzaron a vacunarse, algunas se negaban, pero con el tiempo veían los resultados positivos o eran convencidos por familiares cercanos. Los niños comenzaron a nacer, y el papeleo bajó.

San Pedro con los dedos marcados por la pluma descansó en un gran sofá blanco junto a su amigo Gabriel.

-Ya al fin, que sea como siempre y vayan entrando y saliendo, pero esto de colapsar desde la peste negra que no nos pasaba- Dijo Pedro y sirvió dos copas de vino.

-Esperemos que después de la pandemia que vivieron aprendan a apreciar la vida, y se queden más tiempo en su materia- Agregó Gabriel aceptando una de las copas

-Siempre va a haber alguno que se rehúse a aprender

-Odio el libre albedrío. Son cosas de «El Jefe»,siempre dándole privilegios a los humanos que nunca entienden nada- Opinó Gabriel tras un resoplido y comenzó a beber el vino.

-No lo entenderías, tendrías que haber sido humano como yo lo fui para darte cuenta porque lo hace, el amor es algo muy complicado amigo.

-Tengo noticias de la tierra Pedro,en Europa declararon una guerra- dijo San Francisco de Sales dejando un periódico en las piernas de su compañero. Gabriel arqueó las cejas viendo a Pedro leer,resoplar y negar con la cabeza

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