Llegue tarde como es de costumbre,

era la noche, noche de mucha bruma y frialdad,

tu mirada explicaba una cierta incertidumbre,

ciertos motivos propiciaban hablarte con lealtad.

A pesar de estar acordonada y pensativa, 

no era motivo para no poder avecinarme,

cauto fue tu reacción nada evasiva,

asegurando mucho más en enamorarme.

Tenías a lado aquella guía primordial, 

aquella que percibe mis constantes recitales, 

me pide implorar un momento cordial,

se asemejan mucho por ser muy joviales.

Onomástico de una super amiga, maestra y mujer,

aunque no sabe nada de mis veracidades,

aún tu presencia alumbraba el anochecer, 

estar a tu lado borrará todas mis dificultades.

La noche avanzaba con mesura y celeridad,

no pensaba que todo marchaba con rapidez,

veía tu persona marcharte de casualidad, 

solo pido a Dios y decir: ¡ Quisiera verte otra vez !..

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS