Ucrania, te estoy llorando

Ucrania, te estoy llorando 

A orillas del Dniéper, aun las sombras de los silos tocan sus orillas desde tiempos remotos. Allí se habló de Kiev
y se bebió el buen té bajo el sonido alegre de los vientos.
La Rus de Kiev se iluminó con el color del trigo
del Báltico al Mar Negro y del San al Tamán
hasta la edad dorada de plácida liturgia.

Ucrania, ahora la muerte está cayendo sobre ti a borbotones
y la sangre se mezcla con la tierra ocre en una mueca a ciegas
de todas y cada una de las sepulturas. Tu pueblo resiste,
pero el asesino te manda a callar aunque no hay modo
de ocultar los crepúsculos en llamas. ¿Quién abandonará
la lucha aunque el dolor nos agarre por la espalda
y no haya lágrima que no deba ser vertida?
Nacerán los niños que aferrados al pan sabrán de sus fusiles
y se oirán sus cánticos por grandes altavoces
llamando a la libertad a caer como un rayo contra los invasores.

Tus hospitales han sido bombardeos,
tu hogares de niños han sido bombardeados,
tus escuelas han sido bombardeadas,
hasta tus cementerios han sido bombardeados
y tus muertos orbitan las entrañas salidas de la tierra.

Pero tus mujeres, andando y andando, haciendo un surco
en tanto una aguacero de hierro golpea los hogares
con su ronquido seco, portan la amada bandera
y dicen a viva voz del más brutal destino para los usurpadores.

Y bien, si así, impunemente, el monstruo de la guerra
imperialista escarnece con su garra de oso
la trémula carne, la líquida sangre, la lágrima íntima,
el voluntario saca de entre los muertos la pólvora del odio
y enciende un horno inmenso donde se funde el acero
de las gloriosas bayonetas. Guerra del pueblo,
a golpes de martillo, sacude la tierra hecha andrajos
perfectamente rojos, perfectamente puros,
y acuartela la gloria para la horrorosa guerra.
Tuyo el herido, hermano, tuyo el muerto a la vista,
de pie, sin pompa pero cargando la patria al hombro
que aún andado pálido y desnudo los muchos días
sabrán de tu heroísmo más allá de tu pequeña patria.

A ti, Ucrania, hombre de Ucrania, mujer de Ucrania,
soñé en tus pasiones los mismos dolores de otros pueblos
que también exclaman al mundo ¡libertad! Mi libertad
es tu libertad, y no es otra que la nuestra, en esta tierra
que nos pertenece, marchando a morir antes que ser esclavos.
Ucrania, te estoy llorando.

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