HUERTAS Y ENREDADERAS

HUERTAS Y ENREDADERAS

Federica Rogeles

03/03/2018

“Es increíble la dimensión que tiene las cosas en nuestros recuerdos de la niñez”

Aunque se llamaba María, le decían blanca, doña blanca, o mona como sus allegados, nosotras le decíamos Mita.

Mita era una mujer delgada, gentil, vivaz, coqueta, el viento alzaba juguetón su cabello corto al igual que sus faldas. Siempre se caracterizó por tener las uñas largas, aquellas uñas que se esmeraba en pintar con ese rojo encendido de esmalte brillante, las mismas uñas que pellizcaban como alicate, pero que llenaban de magia todas las noches oscuras arañando las esterillas para simular espanto en sus historias.

Noches fantásticas en un pequeño cuarto cómplice de seis ojitos saltones abiertos en la oscuridad. Podías ver los guaduales meciéndose de un lado para otro, mientras el silbido del viento terminaba de ambientar el espacio…y si eras desobediente escuchabas el pollo maligno,y ¡ay de que lo siguieras!, el monte te tragaba… o esa historia que me impresionaba tanto como la primera vez, “golpeaban intensamente la puerta de madera tac tac tac, una y otra vez, quién es exclamaban desde dentro; ¡necesito candela para mi cigarrillo! decía una voz grave, el que se disponía a abrir antes de quitar la tranca asomaba a echar un vistazo, aterrorizado solo lograba ver un ojo demoniacamente rojo del otro lado…las imágenes que habían en mi cabeza de algún modo siempre me remitían a esos guaduales que habían por el camino antes de llegar a nuestra casa, “ y el hombre era muy mal marido y mal padre, y siempre andaba borracho, hasta que un día iba por un camino tarde en la noche en medio del monte, estaba borracho como siempre y escucho el llanto de un bebe, y se puso a seguir el llanto hasta que lo encontró, sí un bebe en medio del monte, lo tomo en sus brazos y el muchachito le dice papi mostrando sus garras y colmillos, y lo araño por todos lados…hasta ahí le llego la rasca al tipo y quedo curado. Historias como estas salían de su boca y llenaban nuestra imaginación que no sabía que solo eran historias, en ese momento para nuestras pequeñas cabezas todo era cierto, quizá por eso los niños de otras épocas éramos tan obedientes y fantasiosos.

En mis recuerdos Mita siempre tenía encendido algún cigarro en su mano izquierda, agarrado en medio del índice y el corazón, lo levantaba suavemente hasta su boca, aspiraba el humo con tanto éxtasis y deleite, unas cuantas bocanadas, el humo decoraba su alrededor, alcanzaba a vislumbrar sus pequeños ojos brillosos, anhelantes, dulcemente soñadores.

Su aroma era inconfundible, olía a cigarrillo y café caliente, siempre había una sonrisa asomando en su rostro, si todo lo que tenemos es genética me pregunto por qué no herede esa cualidad.

SINOPSIS

Federica evoca recuerdos de infancia, encontrando en el camino sucesos que le marcarían de por vida, experiencias que le dejaran ver el porqué de su personalidad, sus miedos, sus constantes estados fantasiosos, pero principalmente el por que de su profunda melancolia.

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