Yo te miro con el metafórico corazón, aunque sé que se trata de las endorfinas las que mueven a la palabra hacia su trabajo de simbolizar lo simple para generar un gesto que te enamore.

Yo te hablo desde la carne de la Luna, aunque estoy consciente que emerge como actividad de un concierto electroquímico neuronal que te canta para atraer tu mirada.

Yo te toco con la superficie de mi piel, aunque la cuántica nos desilusiona al explicarnos porqué sólo es un acercamiento del campo electromagnético.

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS