He llegado arriba…aquí…tan lejos, donde observo la posición de las estrellas para calcular a qué lado queda mi casa…logro ubicarla mirando el cinturón de Orión, hacerlo me genera ansiedad, recuerdo verme parada en el portón junto al jardín de la entrada, donde las hortensias parecían ser reflejo de ellas…

He llegado aquí…tan lejos, para encontrarme un poco mas cerca de mi casa… el pensamiento alberga hogares, miles de formas, se adapta, se transforma y continúa manteniendo vínculos con aquello amado…la mirada, el corazón y el pensamiento cuando se mezclan explotan generando magia…

Los viajes los emprendemos con la seducción del temor…con la intención de maravillarnos con aquello ajeno y desconocido…salimos a cazar imágenes para saciar el hambre visual…pero luego allí, en ese nuevo espacio se descubre que…lo que realmente nos atrae, es precisamente esa semejanza de lo que dejamos un día…entonces empezamos a buscar en lo nuevo rastros de aquello que ya conocemos…y al encontrarnos de frente con lo familiar en perspectiva, los ojos dilatados se llenan de nostalgia, pues…se halla bienestar en ese puente entre la distancia y lo familiar…en aquello que salimos a buscar, pero que siempre llevamos dentro…

Las estrellas pueden ser lo que tú quieras…


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