Ella me dijo que prefiere irse, y que no le importa esta vez el dolor a metal que le dice que está viva.
ni mi voz narrándole cuentos de los escritores más tristes de la historia
Prefiere irse, y al parecer el mundo coincide con ella
Y la arrastra hasta un averno donde ni siquiera Dante se atrevería a entrar
Prefiere irse, aún cuando mis dedos aprietan su herida, y le sonríe a la nada en el piso frío
Y me convence de que quizás es bueno estar muerto
Y abrazamos cada partícula del arsénico que podría matarnos
Quiere irse y su dolor se colisiona con el mío, y entre sus lágrimas yo río tanto
prefiere irse, alma rota y erudita, no hay corazón altruista que pueda salvar su alma hoy
prefiere irse, la dejo irse, no hay tal poema que haga soportar otro día como hoy
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