Felix miró la foto en blanco y negro donde estaba él y su esposa marchando en la protesta estudiantil del «MAYO FRANCES». Hoy vivían en un monoambiente que a través de la ventana mostraba una avenida que había sido de adoquines, hoy asfaltada, donde los autos modernos contrastaban con las viejas edificaciones. Francia era un museo. Toda Europa lo era.

Miró la foto, miró a su esposa, miró por la ventana. La primavera era agradable, habían tenido un invierno crudo, con muchas nevadas, y la idea de tomar un Pernot en la vereda de la calle peatonal le pareció buena, se puso una abrigo liviano, tomó de la mano a su esposa, como cuando eran estudiantes, y salieron. Esta vez los policias no les cortaron el paso como en aquel Mayo.

Sentados en una de las mesas de la vereda del Deux Magots pidieron sus bebidas al sol, recordando que Simone de Beauvoir y Jean-Paul Sartre almorzaban ahí, sin embargo ese pensamiento no los hizo sentir más felices, los acercó a una época perdida para siempre.

Estaban bebiendo en silencio, ambos recordando ese tiempo efervescente y cálido, de lo que solo quedaba el sol primaveral.

Erick «El Rojo», un lider de ese momento, lo había contratado un estudio prepublicitario, y, como aquellos hits der culto que se convierten en jingles, él perdió lo más caro que tenía, su reveldía, y con su primer sueldo se fue todo lo que había sido, no solo para si, sino para el Mayo histórico, del que él había sido su ícono. Todo contra lo que luchaba lo había tragado, masticado y escupido. De él no quedaba nada.

Estaban en esos pensamientos cuando un grito en un idioma extraño los sobresaltó, y vieron como un joven puñal en mano se abalanzaba sobre los clientes, logrando matar dos antes de caer abatido por los disparos de la policia.

Hubo un gran revuelo, gente que entraba en pánico, y el acordonamiento de rigor. Felix tomó de la mano a su esposa, la ayudó a levantarse, pasaron el cordón, y se encaminaron a su piso marchando por la avenida, como en el 68, solo que ahora el asfalto había sepultado para siempre sus ideales.

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