Lo único seguro en la vida, es la muerte…

o eso pensaba yo antes de comprender lo que implica.

Es seguro sufrir, llorar, partir, reír, amar, 

y todas las emociones

que se mueven como el mar.

Somos fragmentos que se unen

y desarman en cada paso, 

con cada persona, respiro, abrazo

que sin saberlo nos hace pedazos.

Nunca sabremos cual de esos fragmentos nos falta,

pues entre tantas andanzas,

jamás estaremos completos,

siendo nuestra historia forjada

a través de cada pisada.

Hoy puedo decir, en mi continuo existir,

que lo seguro en la vida no es la muerte, 

sino, con mucha suerte, la dicha de poder vivir.

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