Yo, Ella y Soledad

En esta travesía por tus recuerdos me he encontrado, que nunca fuiste la misma de ayer ni serás la misma de mañana, que recuerdas con recelo y añoro las tardes de sol en tus tiernos 6, las risas desaforadas y la piel reflejando el agitado día, no podías decir mucho de tus impulsivos 12, vivías con la culpa detrás de ti y algo de esperanza delante por si era necesario, y sí que fue necesario, al menos para tirarla a tus 18 por la ventana, en la fiesta que celebraste cual matrimonio con la soledad en aquella noche lluviosa. Pasee por tus recuerdos, como alguien que sale a caminar sin tener objetivo; y llore mientras lo hacía, yo, llore por tus alegrías y tristezas, llore por tus verdades y mentiras, llore hasta por lo no llorado y el mar sintió celos al percibir que no había fondo.

Me habían hablado de ti tiempo atrás, y ahora vengo preguntando sobre ti, como si nunca hubieras estado antes, como si quisiera romper en dos partes lo que siempre fue una. Yo siempre estuve tocando tu puerta, dejando los zapatos en la entrada, guardando cortesías, merendando un café mientras descifraba el enigma de tus labios; yo siempre fui quien te espero para pasear tus inseguridades y abrazar los dolores, es acaso a mi a quien debes amar, soy la motivación que te impulsa dulcemente a bailar lento, fui tu primer amor. Pero ya no lo recuerdas, lo has olvidado, ya no está. Pasee por tus recuerdos, como alguien que tiene el corazón herido, y llore mientras lo hacia, yo, llore por tus alegrías y tristezas, llore por tus verdades y mentiras, llore hasta por lo no llorado y el mar sintió celos al percibir que no tocaba fondo.

Al final de todo, siempre queda la duda. He llegado a casa, me he quitado los zapatos, es un mal de la gente obsesiva y cortes, he hecho el café de las 6, porque a las 12 ya no habrá quien tome un sorbo más, hoy ha llovido todo el día, justo después de las 18 llegará visita, lo se por como me ha saludado esta oscura noche, es ella, quien viene a hacerme compañía, siempre de blanco como una novia en el altar, desde mis 18 con el alma negra por su amor, incondicional y constante, te he extrañado soledad y por eso has vuelto de nuevo.