La niña de fuego

La niña de fuego

Daniel Rood

13/03/2021

Los primeros pasos del doctor Antúnez por el casco antiguo de la ciudad de Villantes, le sumergió en la rica historia que dicho pueblo atesoraba con orgulloso y admiración. Un ejemplo claro de esto, eran las postales vivientes que el mercado medieval y todo su entorno regalaban a quienes transitaban entre los puestos repletos de todo tipo de vajillas y candelabros propios de la época.

La ciudad se preparaba para honrar a sus antepasados como ya era tradición, dando lugar a la festividad del desembarco. Esta consistía en una representación de la lucha que se dio en las costas de la ciudad entre los pobladores y los invasores moros en el año XVI conocidos como los piratas berberiscos que por aquella época azotaban sin piedad a sus pobladores despojándolos de todos sus bienes y desmantelando familias enteras a su paso, sin el menor escrúpulo.

La recreación de la batalla estaba llena de escenas cuidadosamente preparadas al mejor estilo teatral dando la posibilidad de participar a todo quien quisiese, siendo cada vez mayor la integración de personas no residentes en la ciudad, transformando a estas fiestas en un acontecimiento turístico por excelencia.

La familia Pirian, una de las más influyentes de la comarca tenía en su poder una de las reliquias más celosamente veneradas por todos los habitantes, ”el rifle de mango de marfil ”. Este objeto estuvo en el seno de la familia por siglos y supo ser protagonista directo de tales gestas heroicas.

El doctor Antúnez, conocido coleccionista y asegurador de antigüedades, fue contactado por los Pirian para que realizar una actualización del valor de su preciado tesoro ya que los pedidos de cotización solían aumentar con la llegada de las festividades.

La decoración que se realizaba de la vieja ciudad guardaba hasta el mínimo de los detalles, las luces, los escudos y hasta la presencia de distintas personas vestidas de época ofrecían a quien pudiera observarlo ,un viaje único a través del tiempo. Las horas que Antúnez destino a recorrer el mercado ubicado en los accesos del casco resultaron por demás escasas, ya era hora de abandonarlo e ir al encuentro de su cliente, prometiendo volver en cuanto pudiera para poder seguir disfrutando de lo fascinante del lugar. Ante la aglomeración de turistas opto por tomar una de las calles laterales que parecía estar más despejada cuando de pronto, su mirada se enfoco de lleno en una hermosa mujer que se presentaba sobre unos de los puestos finales del mercado, quizás comprando algún recuerdo de tantos y tan variados que se podían encontrar en cada rincón de la feria.

La belleza única de esta chica lo dejo impactado. La delicadez de su piel y aquel cabello pelirrojo que la hacía sobresalir por sobre los demás, realmente lo dejaron cautivado.

Siguió su rumbo intentando no dar lugar a la distracción, pero el interés que esta joven le despertó se hizo cada vez más fuerte. Rindiéndose ante la situación decidió volver sobre sus pasos con la esperanza de poder tomar contacto con aquel ángel caído del cielo. Mayúscula fue su sorpresa, la joven había desaparecido entre la multitud sin dejar rastros.

Interrogo a cuantas personas pudo sobre la identidad de la chica sin obtener éxito alguno. Le costaba creer que una mujer tan bella pasara desapercibida, pero decidió poner en orden sus prioridades dirigiéndose hacia la casa de los Pirian que aguardaban su presencia.

Ya habiendo dejado atrás el mercado, unas cuadras más adelante la presencia de una anciana sentada en un banquillo de piedra, capto su atención. Se trataba de una mujer de rostro rugoso de edad avanzada y de aspecto desmejorado evidenciando que la vida no le había tratado de la mejor manera. A pesar del deterioro físico se podía advertir que en su juventud debió ser una hermosa mujer.

Quizás ella que parecía oriunda del lugar podría ofrecerle algún dato sobre la chica pelirroja -reflexiono para sí.

Decidido a no dejar pasar la oportunidad, encaro a la anciana y casi sin presentación alguna, paso a describir con el mayor lujo de detalles a la chica, esperando ansioso obtener alguna información.

La anciana lo escucho atentamente, después de unos minutos en silencio que a juzgar de Antúnez resultaron eternos, simplemente giro su mirada hacia la derecha, levanto su delgada y arrugada mano y señalo una vieja torre que apenas se dejaba ver a lo lejos y pronuncio en una voz tenue y pausada…

_¡en la noche… la niña de fuego!-

La anciana tomo sus bolsas conteniendo restos de comida y se retiro del lugar sin decir más.

El desconcierto de Antúnez fue total, mientras veía como su última oportunidad se alejaba a paso muy lento pero seguro.

Ya no quedaba más tiempo!! , debía ir al encuentro de los Pirian.

La reunión con la familia fue de carácter muy protocolar. Pudo corroborar el valor de una pieza única como era ese rifle conservado en perfecto estado y no existiendo otro con similares características.

Puso todo su profesionalismo en la tarea y prometió en un lapso no mayor a 48 horas presentarles, una cotización de venta adecuada al valor de la pieza en cuestión.

La adrenalina que siempre le genero el tener entre sus manos una pieza llena de historia como esta, se veía empañada por las imágenes que no podía retirar de su retina, la hermosa joven pelirroja del mercado.

Dando por concluida la reunión, junto toda la documentación que estos poseían del rifle y guardándola en su maletín de cuero marrón que oficiaba de compañero de ruta de los últimos años, se dirigió hacia la puerta, pero antes de retirarse decidió jugar su última carta y encarando a Pirian dio rienda suelta a todas sus dudas.

-discúlpeme, quizás lo sorprenda con la pregunta que le voy a plantear…

en mis primeros contactos con la ciudad pude escuchar algo que me ha despertado mucha curiosidad, qué me sabría decir sobre “la niña de fuego”.

Pirian aún sin salir de su estado de sorpresa, sonriente le respondió,

-mi amigo Antúnez, desconozco donde escucho tales palabras, pero le puedo asegurar que “la niña de fuego” es una vieja historia que el pueblo acuño y se honra de trasladar a través de las generaciones.

Cuenta la historia que una niña de nombre Iris, quedo huérfana a muy corta edad. Dueña de una belleza única estando totalmente desamparada sobrevivió gracias a la ayuda que recibía de los pobladores que sentían por ella una suerte de lastima y veneración a la vez. Al llegar a la adolescencia se había transformado en una jovencita hermosa, de la cual todos conocían y querían poder tener que ver. Sin quererlo, se había transformado en una verdadera celebridad para la ciudad.

Muchos soñaron con la posibilidad de convertirla en su esposa pero solo un joven agricultor de nombre Jonás resulto ser el elegido. La unión que el amor gesto entre ambos era tal que nadie dudaba en identificar a la pareja como un único ser.

La belleza de Iris se incrementaba día tras día al igual que el tormento que esto provocaba en Jonas, quien era consciente que las hordas de piratas que robaban y traficaban con las personas, en especial con las mujeres, tarde o temprano vendrían por ella.

Decidió prepararse para enfrentar esa realidad, le enseño a la chica a luchar y a utilizar armas, construyo en su vieja casa un túnel donde esconderse y por el cual escapar sin ser visto en caso de ataque.

Los meses dieron lugar a los años, pero siempre la amenaza del ataque estaba presente. Jonás, aprovecho cada situación en la que la joven cortaba su hermosa cabellera para quedarse con un poco de su cabello sin que esta se percatara. Fue construyendo una peluca que imitaba a la perfección el cabello de Iris, la que guardo en total secreto.

La noche esperada llego, los piratas invadían la ciudad y no tardaron en hacerse presente en la vieja casona.

El joven planteo toda la batalla que pudo pero al ver que ya no podía resistir más, mando a Iris a esconderse en el túnel subterráneo creado a tales efectos.

La tomo entre su brazos y le dijo…

Te pido que confíes en mi, este fuego sagrado que ahora nos separa no tengas dudas amor, será quien me devuelva a tus brazos.

Colocándose la peluca que tenia escondida y una vieja capa de la chica, escapo dejando atrás los ojos llenos de lágrimas de su amada que presentía que el final estaba muy cercano.

La oscura noche y el humo de las antorchas colaboraron en engañar a los invasores que no dudaron en perseguirlo. Jonas los guio hasta la torre que el pueblo tenía preparada con el objetivo que si se lograba avistar una invasión pirata se debía encender fuego en la misma, logrando que la columna de humo diera aviso al resto de la población de lo que estaba sucediendo.

Una vez que se aseguro que tenía a todos tras de sí, encendió una antorcha y acercando el fuego a su a peluca se lanzo dentro de la torre envuelto por las llamas consiguiendo salvarle la vida a Iris y a todo el pueblo que al ver la torre humeante tomo conocimiento que se estaba produciendo la tan temida invasión, pudiendo poner su vidas a resguardo.

El pueblo recordó siempre al humilde agricultor como un héroe, mientras que Iris, confiando totalmente en la promesa que su amado le realizara conservo día tras día el fuego encendido en su casa.

Como le digo amigo Antúnez este relato es patrimonio de la ciudad, creo que cada habitante lo conoce pero le aseguro que certeza de su veracidad, nadie tiene.

La noche comenzó a ganar la ciudad, Antúnez lleno de dudas y con un mar de sensaciones nunca antes vividas, abandono la casa de los Pirian y deambulando por las calles decidió forzar la situación. Se dispuso a realizar todo lo que estuviese en sus manos para volver a tomar contacto con esa mujer que se apropio de todos sus sentidos.

Como pudo logro dar con el sendero que lo conduciría al pie de la torre que la anciana le había señalado.

La soledad del lugar y la tenue luz parecían dominar el escenario, camino unos cientos de metros y la magia volvió hacerse presente, sus ojos no daban crédito a lo que veían, nuevamente al igual que en el mercado el ángel pelirrojo estaba frente a él.

Su corazón empezó a latir como nunca, la adrenalina se apodero de cada parte de su cuerpo,

era ella!!! , el silencio era absoluto, la joven no apartaba su mirada del final del sendero. Antúnez quería hablarle pero opto por esperar, de pronto la chica voltio su cabeza hacia él, esos hermosos ojos de color celeste se posicionaron sobre su rostro regalándole una pequeña sonrisa mientras continuaba su camino. Acelero sus pasos mientras intentaba seguirla, los nervios se apoderaron de su cuerpo, como pudo se deslizo entre los pastizales intento cortar camino entre unas rocas que terminaron por provocar su caída dificultando y enlenteciendo aún más su llegada.

Finalmente la torre se dejo ver pudiendo divisarse claramente que en su interior yacía una hoguera enorme.

La joven se detuvo en la entrada y pareciendo ignorar las lenguas de fuego que sobresalían del interior ingreso a la misma pero antes volvió su mirada hacia atrás regalándole nuevamente una sonrisa.

Los gritos de Antúnez fueron en vano, nada podía hacer más que intentar sacarla de ese infierno, la desesperación era total, sin dudarlo transito los últimos metros que lo separaban de la torre y se arrojo sin pensar en las consecuencias.

El calor era intenso y sofocante, la visión casi nula, el humo se había apoderado del lugar, Antúnez sabía que debía irse mientras todavía pudiera respirar, su vida estaba seriamente comprometida.

El instinto de sobrevivencia pudo más, con las fuerzas que le quedaban se arrastro como pudo hacia la puerta, con el fuego ya adherido en sus ropas finalmente logro salir.

El intenso dolor provocado por las múltiples quemaduras en su piel y la irritación de sus ojos impedía ver con claridad, pero a la distancia pudo apreciar la silueta de una anciana. Arrastrándose hacia ella, dejando restos de piel en el piso y casi sin aliento, a punto de perder el conocimiento pudo sentir el llanto desconsolado de la misma que exclamaba mirando hacia el cielo en clara señal de agradecimiento

¡! fuego sagrado has cumplido…

me has devuelto a mi Jonás… el amor de mi vida!!.

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