Si bien dicen que el alma no vibra con cualquiera y eso es más que cierto, puedes enamorarte de un cuerpo pero si no hay una atracción más allá del físico nunca va funcionar.

Es ese lazo invisible el que te atrapa, te atrae a cierta persona, como cuando dos imanes están demasiado cerca y se atraen, de esa forma chocan las almas, dispuestas a no separarse de nuevo.

Encuentras ese vínculo que no fue con nadie más, sientes que ese vacío en tu pecho se llena, la sangre corre por tus mejillas, tu estómago se hace un nudo y tu mente te dice… ¡ Arriésgate! 

hay un momento exacto en que el diálogo del banquete se hace presente en tu vida, ese ser que una vez estuvo unido a tí, recorre los caminos necesarios para alcanzarte.

No luches nunca por aferrarte a alguien que no fue, no es ni será, porque si alguna vez se va, si algún día dice no, si por un instante no sientes la conexión, lo más sano es soltar y esperar por quién sí es para tí.

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS