Aburrida. Eso es lo que le resonaba en su cabeza siempre, y es por eso que se anotó en CIENCIAS SOCIALES, una carrera practicamente sin examen, pues eran muy pocos los estudiantes que querian hacer una carrera sin salida laboral. A Martina no le importó, lo más importante era que sus padres estaban en desacuerdo, y eso bastaba.

  Cuando era una niña de once años, le gustaba ir a la casa de su primo, él tenía una de las pocas cosas que sus padres no habían accedido a comprarle. El rifle de aire comprimido.

  Nicolas, su primo dos años mayor que ella, tenía un Maely 4.5, y se pasaba en la terraza esperando que un pájaro se parara en la antena de TV para dispararle.Martina estaba fascinada, siempre llegaba a su casa con una muñeca a la que daba poca importancia, hasta que su primo se le ocurrió que podían usarla para disparar a figura humana. Asi lo hicieron esa tarde, y la muñeca quedó bastante augeriada y Martina feliz.

  Cuando estaba rellenado la ficha para el ingreso de la facultad estatal se topó con su primo, hacía varios años que no lo veía, y le alegró tenerlo de compañero en la carrera. Acordaron anotarse en el mismo curso. Terminado el trámite fueron a charlar a la cafetería.

  –Me sorprende que hayas elegido una carrera como esta.–Inquirió Nicolas.

  –No veo porque te sorprende tanto, tengo inquietudes sociales, tengo pensado trabajar en las «villas».

  –Bueno eso es bueno como intención…Pero fijate que esa gente recibió tanto adoctrinamiento de la política burguesa, que lo más probable es que no sepa lo que le conviene, que la mayoría sean desclasados, lumpenes, y terminen defendiendo al enemigo.

  –¿Pero como sabes tanto, acaso trabajaste con ellos?

  –No me hace falta conocerlos ni trabajar con ellos, me doy cuenta como son, no están radicalizados…Son casi todos peronistas.

  –¿Y eso que tiene de malo? El peronismo ayudó mucho a esos sectores…

  –No te engañes, lo sometió con dádivas.

  –¿Y vos que propones?

  –Te invito a una reunión.–Dijo Nicolas, poniendo fin a la charla.

  –Voy–Respondió decidida Martina.

  Unos dias después, a la salida del primer curso de ingreso, Nicolas le pidió a su prima que fuera a la reunón que se haría esa misma tarde en una quinta de Tortuguitas. Ella aceptó, subieron al coche de él y partieron.

  La quinta tenía un paredón alto, y un portón para la entrada de coches, que al abrirse, dejó ver unos cuantos, siendo algunos de alta gama.

  –Esta es la reunión para los nuevos miembros, y como al información está «tabicada», comprendan que hasta que no sean admitidos y luego asciendan en la estructura, hay cosas que no van a saber.–Dijo al pequeño grupo el reclutador.

  No hubo gran cosa en esa reunión. Trajeron una guitarra, y cantaron canciones. «Hasta siempre comandante» «Camilo Torres muere para vivir», y canciones de la guerra civil española. Y eso fue todo.

  Al volver en el auto de su primo, Martina le preguntó que había sido eso, a lo que Nicolas le respondió que eran los pasos para la incorporación, y que era una reunión de aspirantes.

  Las reuniones siguieron hasta la incorporación de Martina, y la adjudicación de una tarea de responsabilidad media, como era la de prensa y propaganda. También tuvo el curso de armas, dado que si bien ella estaba en la orga de «superficie», no implicaba que no pudieran requerirla en una operación militar.

  Martina estaba feliz, lejos había quedado aquel Maely de aire comprimido, para dar paso a las prácticas de las semiautomáticas.

  Una tarde, en la parada de un colectivo cercano a una automotriz, vió a un obrero, no era casual que estuviera allí, era parte de su tarea. Ella comenzó a hablar con Elio, el operario de ensamblaje, quien se mostraba parco y distante, pero ante la insistencia de Martina, comenzó una charla, más que nada por lo hermosa que era ella. Elio trabajaba con hombres, y esas mujeres tan bien cuidadas no le daban bola.

  Martina tampoco había salido con alguien ta rústico, dado que en la «orga» no había obreros, y la mayoría eran mantenidos por sus padres, asi que no le costó mucho enamorarse, y Elio que nunca había mechado un peceto tan tierno, dejó a su novia para meterse con Martina.

  A esta altura te debes estar preguntando si Elio tenía actividad política, ya que , a pesar de los esfuerzos de Martina, este nunca quiso acompañarla en su aventura «internacionalista». Pues bien, Elio pertenecía a la comisión interna de la fábrica, afiliado al gremio metalmecánico.

  Te la hago corta. Martina quedó embarazada, y se casaron solo por civil, lo que trajo un gran disgusto familiar, ya que eran una familia muy tradicional vinculada al Opus Dei.

  Asi todo le regalaron un departamento alejado de la casa familiar, donde la pareja se mudó.

  El reclamo de Martina pronto comenzó a sonar en los oidos de Elio…

  –Quisiera saber cuando te vas a radicaliza, Elio–Dijo Martina con cierto enojo.

  –Mi trabajo político es el que ya sabés…No soy un aventurero.

  –¿Pero que queres lograr? ¿No te das cuenta que las masas están confundidas?

  –Yo respeto el mandato de las bases en la asamblea, independientemente que esté de acuerdo.

  -Radicalizate…Por favor.

  –Estoy cansado, me voy a dormir…Te quiero.–Agregó Elio para terminar la discusión.

  Las cosas se estaban enrareciendo mucho, había atentados, ataques a cuarteles y la triple A, que, como un chiste siniestro, era manejada desde el MINISTERIO DE BIENESTAR SOCIAL, por otro lado había dos patrias, la SOCIALISTA y la SINDICAL. Peron echaba a los montoneros de la plaza, y luego moría, dejando a su esposa y vice, la presidencia.

  El ambiente castrense se calentaba, y las medidas que tomaba el gobierno ya no contentaba a ninguno de los sectores, y es por eso, que una mañana de marzo del 76, se interrumpió la programación para escuchar lo siguiente:

«Comunicado Nº 1:
Se comunica a la población que, a partir de la fecha, el país se encuentra bajo el control operacional de la junta de Comandantes Generales de las FF.AA. Se recomienda a todos los habitantes el estricto acatamiento a las disposiciones y directivas que emanen de autoridad militar, de seguridad o policial, así como extremar el cuidado en evitar acciones y actitudes individuales o de grupo que puedan exigir la intervención drástica del personal en operaciones.»

  Al escuchar estos comunicados, del que solo transcribo el primero, Martina y su primo se «desengancharon» de la «orga», y con el dinero de sus familias viajaron a europa, el que no lo pudo hacer fue Elio, quien fue detenido junto a varios de los miembros de la comisión interna de la automotriz, y nunca se supo más de él.

  

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