Viento…, el viento es tan nostálgico, este refresca mi piel y acaricia mi cabello, toda una amable brisa de primavera.

La tierra, puedo sentir la tierra en mis dedos, se desborona y vuelve a su lugar, esta es rica y fértil para empezar a sembrar.

Escucho el sonido de las aves, las hojas de los árboles, y… ese sonido… esa voz….

Abro mis ojos y veo los rayos de luz que se escabullen entre las hojas del árbol en donde me encuentro recostado.

-Papá… Papá…. -Vuelvo a escuchar una voz. Me enderezo y me encuentro con una verde llanura. Enfoco mi vista a donde proviene aquella voz.

-Mi esposa…, mi hijo…, ellos… están llamándome, ellos están esperándome. -Dije mientras los veía en aquella llanura, en aquella pequeña cabaña, a la cual puedo llamar mi hogar.

Espérenme…, espérenme por favor, yo les prometo que volveré a su lado, yo les prometo que volveré, los abrazare, y les diré cuanto los amo….

Por eso, solo por eso no puedo ir con ustedes aun, yo… tengo que levantarme, tengo que levantarme de nuevo.

Me arrodillé y empecé a levantarme poco a poco, con todo la energía que tenia en el cuerpo, mi armadura pesaba mas que nunca y mis piernas temblaban.

Mire hacia el árbol que me estaba brindando parte de su sombra y estire mi mano hacia este para tomar mi espada. Al tomar la empuñadura mi mano empezó a sangrar y un dolor puntiagudo recorrió todo mi cuerpo haciendo énfasis en mi hombro.

Quería soltar la espada por el dolor que sentía, pero no podía permitírmelo, no si quería cumplir esa promesa….

Suspire, intentando deshacerme de todo temor, de todo dolor, y con un nuevo respirar llene mis pulmones con nueva energía para dar el primer paso hacia delante.

Levante la mirada. El cielo era grisáceo, las nubes evitaban cualquier rayo de luz, no había ni una pequeña brisa de aire, los árboles estaban secos, y aquella verde llanura, ahora tenía una tonalidad rojiza.

-Yo…, yo no volveré a caer…. -Dije mientras empezaba a empuñar mi espada con fuerza y enfocaba mi mirada hacia el oponente que tenia justo frente a mí.

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