Historia del 31 incompleta

Historia del 31 incompleta

Luiz Enyel

02/11/2020

-Renacuajos…. -Dije mientras manoseaba con algo de ansiedad el ahora denominado objeto que encontré tirado en la calle, el cual aún seguía tibio pues su dueño lo había dejado caer recientemente. -Son… pequeños, viscosos y escurridizos. -Explique a la vez manoseaba el objeto con un poco más de fuerza. -De niño, en temporada de lluvia a espaldas de mi casa se formaban charcos, charcos enormes en donde las ranas criaban a sus renacuajos. -Empecé a narrar con un poco de entusiasmo pues siempre ha encantado contar historias. -A mí, me gustaba atraparlos con las manos, era divertido, entretenido…, y después, los aplastaba, pues la ansiad que me provocaban al tocarlos eran demasiado para mí, y… esas ansias son las que estoy sintiendo justo ahora…, claro, ya no soy un niño y por ello ya no aplasto cosas con mis manos. -Expresaba, mientras elevaba hasta la altura de mi rostro el objeto circular que tenía en la mano y lo veía con más cuidado. -Así que quizás te devuelva lo que tiraste…. -Le dije al tipo que lo dejo caer, seguido a ello voltee a verlo de nuevo. -Aunque… pensándolo bien, ya no creo que lo necesites… ¿o sí? -Le pregunte al hombre con curiosidad, el cual estaba recostado a mitad de la calle mientras que, de su cabeza, o si es que se lo podía seguir llamando así, surgía este líquido, liquido tan vital y colorido que ahora escurría y decoraba mi bate de beisbol. -Si… eso creí, aparte es de noche y sin luz no creo que te sirva de mucho. -Explicaba, cuando de pronto, por accidente aplaste el objeto con mi mano. – ¡Carajo! Lo aplasté inconscientemente. Bueno, creo que eso resuelve el dilema. -Dije, sacudiendo mi mano de un lado intentando retirarme el líquido que broto del objeto. -Rayos, eso realmente dio ansias, pero en fin, estas cosa pasan.

-Creo que debería irme… empieza a hacer frio, y de hecho no por nada es octubre. -Susurre esas últimas palabras, volteando a mi alrededor para ver en donde había quedado mi bicicleta. – ¿Dónde la deje…? Oh, espera. -Dije, mientras una imagen algo vaga entraba a mi cabeza. – ¿Creo que… la deje en el bosque?

-Recuerdo que venía persiguiendo al tipo en la bicicleta y me caí de ella por un maldito gato que se me cruzo. -Pensé mientras daba un suspiro algo decepcionado, pues ahora tardaría mucho en encontrarla. – ¿De cuál dirección llegue? -Me pregunte, mirando hacia el bosque.

-Maldición esta mente mía, soy pésimo con la orientación, de hecho, antes de encontrarme con el tipo ya llevaba 2 horas perdido en el bosque. -Pensé mientras suspiraba de nuevo y me ponía en marcha, sacando de mi pantalón una pequeña linterna.

-Carajo, llevo caminando como 15 minutos y aun no veo nada. ¿Qué tanto perseguí al tipo? Creo que ya me perdí de nuevo…. -Dije, mientras daba pasos algo anormales, tratando de no tropezarme con las raíces que sobresalían de la tierra, pues estas parecían estar diseñadas específicamente para hacerme caer. Me detuve y empecé a mirar a mi alrededor. -Por cuanto tiempo voy a seg…. ¿Eso… es una llanta? -Me pregunte, enfocaba mi visión a lo que parecía ser una llanta detrás de un árbol. – ¡Sí, creo que es mi bicicleta! -Exclame, apresurándome al lugar en donde esta se encontraba.

-Lo sabía, si era mi bicicle… ta. -Dije, mientras apreciaba lo que estaba parado justo a un lado de esta.

-Miau…. 

– ¿Un… gato? Ah, tú eres el que me hizo caer hace rato. -Le dije al gato mirándolo fijamente.

-Ahorita vas a ver maldito gato prieto. -Pensé mientras dejaba mi lampara en el suelo. Agaché un poco mi torso acercando mi mano a la altura del gato y empecé a hacer señales para atraerlo.

-Tunchi, tunchi, ven, toma gatito. -Decía al gato, a la vez que empezaba a reunir fuerzas en el agarre de mi otra mano en donde tenía el bate. El gato empezó a acercarse lentamente.

– ¡Ahora! -Pensé, a la vez que abanicaba mi bate hacia la posición del gato, golpeándolo con él. Escuché su quejido y vi como volaba hacia la obscuridad bosque mientras lo perdía de vista.

-Uf… hom rong, ja, ja. -Dije sacudiendo mi bate pues ahora también estaba decorado con la sangre del gato. -Carajo, se manchó mi chaqueta con la sangre del gato, ya ni el tipo se atrevió a hacerlo. -Dije, intentando limpiarme la sangre con mi mano.

-En fin, creo que tendré que lavar todo el outfit. -Pensé mientras me acercaba a la bicicleta. Levante esta y tome la mochila en donde guardaba mi bate para meter este. Después empecé a caminar alado de la bicicleta. No es que no pudiera subirme en ella y conducirla, el problema es que estaba muy obscuro y mi linterna no es la más potente que digamos.

-Espero no perderme de nuevo. -Dije, siguiendo lo que parecían ser las huellas por donde había llegado.

-Mmm… ¿Me pregunto que debería cenar? Se me antoja un espagueti, o quizás… ¡Los tamales que deje en el refrigerador! Genial, voy a llegar a calentar… los…. -Dije, al tiempo que, veía algo que estaba en mi sendero de huellas.

– ¿Qué es eso? No recuerdo haberlo visto mientras pasaba por aquí hace un momento. -Pensé, acercándome lentamente a eso negro que estaba en el camino.

– ¿Es… un animal? Parece una gato -Dije, aluzándolo con la linterna. -Sí, es un gato. Mmm… se parece al acabo de golpear. Bueno, al parecer hoy no fue su día ja, ja. -Rei, a la vez que empezaba a caminar de nuevo.

– ¿Qué le habrá pasado? No han pasado ni 5 minutos desde que pase por ahí. -Pensaba, mientras caminaba viendo el sendero de huellas. -Quizás lo ataco otro animal, ¿pero… no se lo hubiera comido? Mmm… quizás se cayó de un árbol…. ¿Los gatos se mueren por caerse de los árboles? O puede que ya estaba vie….

De repente una ráfaga de aire me embistió con algo de fuerza, haciendo que me detuviera. Los árboles a mi alrededor empezaron a crujir y se balanceaban de un lado a otro.

-Uf… eso me tomo por sorpresa. Empieza a hacer mucho frio aquí, debería de apresurarme. -Dije, reanudando mi andada.

¿En que estaba pensando…? Ah, sí es cierto, en el… gato…. -Dije, deteniéndome y viendo de nuevo algo que estaba en mi camino. – ¿Oye, oye, es un broma o no? ¿Otra vez? -Me cuestione mientras que empezaba a caminar hacia aquello en el suelo. – ¿Es enserio?, ¿otro gato muerto…? ¡Espera! ¿Es el mismo? -Me cuestione sorprendido, al tiempo que lo observaba.

-No, no puede ser, el otro quedo atrás, no han pasado ni dos minutos desde que lo vi, pero… ¿entonces por qué es del mismo color y está en la misma posición? -Pensaba con duda a la vez que mi corazón empezaba a latir con un poco de fuerza, pues de alguna manera sentía que algo no estaba bien.

-A ver, no es nada por que deba ponerme nervioso, quizás solo di una vuelta sin darme cuenta…. -Dije para calmarme, al tiempo que empezaba a caminar de nuevo.

-Pero ¿acaso puedo dar una vuelta completa en solo dos minutos? El ángulo era el mismo que el del otro gato. -Pensaba, mientras veía el sendero por que debía caminar. – ¡Es cierto!, ¡las huellas! No pude haber dado una vuelta si estaba siguiendo las….

En ese momento mi corazón se detuvo por un momento y después empezó a latir con fuerza. Me quede en shock pues no podía creer lo que veía.

-No…, no puede ser…. -Dije, viendo de nuevo a un animal de color negro en el camino. – ¿Qué está pasando…? -Susurre.

“Fantasmas, maldiciones, demonios” Fue lo que paso por mi mente como una ráfaga en ese momento.

-No… esas cosas no existen, no deben existir. -Dije con un tono ahorcado, mientras me acercaba titubeantemente al animal.

-Es…, es el gato…. -Pensé, a la vez que trataba de alejarme dando unos pasos hacia atrás, pero de pronto sentí que pisé algo blando, algo que no parecía ser parte del bosque. Voltee y baje la mirada para ver lo que había pisado.

¡Ah! -Di un grito ahorcado mientras veía lo que estaba en el suelo. En ese momento algo en mi interior me decía que tenía que salir de ese lugar rápidamente, por lo que empecé a correr por el camino de huellas.

-No puede ser cierto, esto no puede estar pasando. Además… ¿Por qué?, ¿por qué no puedo llegar a la calle? Ya debería poder verla al menos…. -Pensé mientras corría, o al menos eso intentaba pues la bicicleta me estorbaba mucho, además de que las raíces de alguna forma eran mas estorbosas que antes.

Podía sentir el aire frio que me embestía frecuentemente, el sonido que hace el viento al pasar por las hojas y ramas de los árboles, y el cómo estos crujían al balancearse de un lado a otro, las hojas en el suelo se arrastraban continuamente como si estuvieran huyendo de algo.

– ¿El bosque… siempre fue tan terrorífico? -Pensé a la vez que veía a mi alrededor pues de alguna manera empecé a sentirme acosado. Cuando devolví la mirada al camino de nuevo me encontré con el gato negro.

– ¡Carajo! -Exclame deteniéndome por un momento y seguido a ello corrí hacia otra dirección.

-El sendero de huellas…, ya no las seguiré. Quizás así…. -Pensé, «intentando correr».

– ¡Maldita bicicleta! -Exclamé y seguido a ello preferí dejarla.

Tomé mi bate con mi mano derecha y empecé a correr con más rapidez, pues sentía que ese “acoso” se hacia cada vez más fuerte.

-Maldición, alguien o algo me está persiguiendo, ¿pero dónde… donde esta? No logro verlo ni oírlo. -Pensaba a la vez que corría por el bosque, saltando obstáculos en el camino y esquivaba árboles. – ¿Quizás deba escón….

En ese momento sentí que algo estaba justo detrás de mí, por lo que me detuve rápidamente y empecé a abanicar mi bate, pero cuando di la vuelta no me encontré con nada mas que con la infinita obscuridad del bosque. Empecé a voltear a mi alrededor para ver si ese algo se había escondido. Mi corazón latía con fuerza y mi respiración era muy agitada.

-Carajo, carajo, a mí no me vas a matar maldita cosa. -Susurre mientras seguía buscando aquello que me estaba asechando. -Rayos, no dejo de temblar….

Empecé a dar unos cuantos pasos hacia atrás lentamente, cuando de pronto empecé a escuchar el sonido de hojas siendo pisadas, sonido que no estaba provocando yo.

-El sonido se esta acercando…, pero no veo nada, ¿dónde, donde est…?

-Miau….

Volteé rápidamente a mi izquierda y vi a un gato negro sobre un tronco, justamente frente a mí. Me asusté y di unos cuantos pasos hacia atrás, cuando de pronto uno de mis pies se hundió en la nada y empecé a perder el equilibrio, miré rápidamente lo que estaba sucediendo y me encontré con un barranco. Solté las cosas que tenía en mis manos, e intenté aferrarme a algo, pero no había nada a mi alcance. Mientras estaba cayendo volví a ver al gato, este estaba observándome fijamente, y en ese momento noté algo…, algo que estaba entre los arboles y también estaba observándome.

– ¿Una… mujer…?

Empecé a rodar por el barranco hasta que toqué fondo, y justamente después pude observar como mi bate caía directamente a mi cabeza.

….

Abrí mis ojos y me encontré con un cielo azul, después de un momento me enderecé y empecé a mirar mi alrededor

– ¿Dónde estoy? ¿Qué paso? -Pregunte mientras tocaba mi cabeza pues tenia un dolor intenso. Y en un instante recordé todo lo que había pasado. -Es cierto… ¿Eso… fue una pesadilla…? no… todo se sentía tan real….

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS