UN AMIGO PARA MI SOLEDAD.

  «Nos estamos muriendo por sobrepensar. Poco a poco estamos matándonos pensando en todo. Pensar. Pensar. Pensar. De todos modos uno no puede confiar en la mente humana. Es una trampa mortal.»                                    

                                                                                            Anthony Hopkins

  Me sentía solo. Tal vez fue por eso que invité a ese extraño a mi casa. Lo dejé en un rincón apartado, en verdad se lo veía apagado, silencioso, y ya me estaba arrepintiendo de haberlo hecho pasar…Pero de pronto comenzó a hablar. Yo escuchaba, silencioso. No había nada que decir. El lo decía todo, lo mostraba todo. No hacía falta precipitarse en ningún sentido, solo era verlo y oírlo.

  Recuerdo un dia en el que vino un amigo a visitarme. Quería contarme algo, aunque no pude saber de que se trataba, ya que el extraño interrumpió, y ambos nos quedamos oyéndolo…Hasta que mi amigo simplemente se fue.

  Hace cincuenta años que está en mi casa, y ahora ya no necesito pensar…¿Queres saber su nombre? Se llama Televisor.

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS