Me encuentro soló en la obscuridad, algo fría, pero acogedora; mientras que una canción resuena por toda la habitación creando un color de paz y melancolía… Puedo escucharla mientras imagino el cómo podrá ser aquella historia, la cual aún no ha sido escrita. Tranquilidad, nostalgia, es lo que siento mientras observo la débil, pero amable luz de la luna, la cual intenta asomarse por mi ventana, quizás para desearme buenas noches, o quizás para preguntarme lo que pienso de ella, pues no hay una sola vez que no la observe, a ella y a sus pequeñas estrellas, las cuales le hacen compañía en las solitarias noches. 

Suspiro.

-Tal vez piense que la critico, a ella. o a sus pequeñas hermanas, o puede ser que se sienta avergonzada, pues nunca le quito la mirada de encima. Ella se preguntará:

– El… esa persona, siempre tiene la mirada puesta en mi ¿El… pensara que soy bonita? Quizás piense que brillo mucho, o… ¿quizás le guste mi conejito? Si es eso, solo puede decirme que se lo enseñe, no es que lo esconda, en realidad me gusta mostrarlo y presumirlo, pues es muy bonito, si brillo mucho, el resalta más y así ellos pueden verlo mejor, así quizás él sea feliz.

De hecho, sí me encanta ver a tu conejito, aun que hace tiempo no podía encontrarlo, también me encanta ver cómo te esfuerzas por brillar tanto, eres tan hermosa, y de lo único que te puedo criticar es el hecho de que no puedas escucharme, o saber lo que pienso de ti. Así que solo te observo muy, muy desde lo lejos… en silencio, pero siempre con una sonrisa, y no te mentiré pequeña luna, te observo cada noche, pues es una costumbre que fue grabada muy en el fondo de mi ser; y tú eres la única que sabe la respuesta del “por qué”, pues tu fuiste testigo de cada noche en la que nos encontrábamos recostados en aquel lugar, en donde prometimos ante nosotros, y ante ti, siempre seguir adelante, sin importar el problema que se nos presentara, pues…

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